El 12 de febrero de 2011, el diario de Montreal Le Devoir publicó un manifiesto firmado por nueve ex terminólogos
de la Oficina quebequense de la lengua francesa (Office québécois de la langue
française, OQLF). En los días siguientes a los primeros firmantes se unieron
otros diez terminólogos jubilados de la OQLF. Posteriormente fueron apoyados por más de
un centenar de otros terminólogos, traductores y revisores.
Este manifiesto denuncia la nueva orientación
de la OQLF adoptada a principios de los años 2000 y que favorece la aceptación
de palabras prestadas y calcos en vez de palabras más adecuadas ya en uso en
francés estándar. Los firmantes argumentaron que el nuevo enfoque es en su
núcleo más lexicográfico que terminológico. Se quejaron de que la OQLF había
renunciado a su metodología probada por el tiempo. También cuestionaron la
aparición en un diccionario terminológico de palabras coloquiales; se podría
añadir que la etiqueta de “langue courante” – lengua de uso cotidiano –,
ya una rareza en un trabajo tan especializado, ni siquiera la añade la OQLF de
forma sistemática a las palabras coloquiales de su diccionario.
Cinco años más tarde, la OQLF no ha modificado
su comportamiento. Su diccionario terminológico (GDT, Gran Diccionario
Terminológico) sigue proponiendo prestados o calcos que durante mucho tiempo
han sido criticados, por ejemplo, estas traducciones palabra por palabra del
inglés: comptoir de cuisine
(<kitchen counter, “encimera de la cocina”, en lugar de plan de travail), glace noire
(<black ice, literalmente hielo negro, en lugar de verglas “hielo glaseado”), etc.
En comparación con el GDT, el traductor
automático de Google parece casi tan fiable, proporcionando a veces la misma
traducción palabra por palabra que el GDT, como lo demuestran los siguientes
ejemplos:
En este último caso, el traductor automático
de Google es aún más fiable que el GDT. Además de la traducción palabra por
palabra glace noire (hielo negro),
propone la palabra verglas del
francés estándar:
Sin embargo, en los últimos años la OQLF ha
optado por corregir los errores ortográficos o gramaticales más obvios que se
han señalado a ellos. Esto es de hecho lo mínimo que podía esperarse del
custodio de la lengua de Quebec.
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